Al día siguiente, sin apenas dormir durante la noche, me levanté temprano y me fui para la casa con la única idea de limpiar todo aquello con la esperanza de acabar con esa pesadilla, a lo mejor una vez todo límpio, no cosa no sería tan grave, a lo mejor sin tantos trastos por medio, la casa parecería otra cosa, a lo mejor con una buena limpieza se arreglaría la mayoría de los problemas, a lo mejor ... A lo mejor...
El caso es que cuando abrí de nuevo la puerta y volví a entrar me dí cuenta de nuevo que no se trataba de una pesadilla, era la pura realidad, una realidad que debía enfrentar, había comprado aquel desastre de casa, había invertido todo lo que tenía en la adquisición de la casa y ahora no tenía nada, solo aquel inmenso caserón, mucho trabajo por delante y no se si suficiente dinero para afrontar todo ese trabajo. Me senté en la escalera en los últimos escalones de abajo, incapaz de gestionar la avalancha de pensamientos y sentimientos que se cernían sobre mi alma, sentimiento de impotencia, culpabilidad, incapacidad, desprecio hacia mi mismo, había sumido el destino de mi familia a un futuro totalmente incierto con problemas económicos y con un hogar casi en ruinas, no sabía que iba a ser de nosotros.
Tragándome la amargura de la pena que me consumía, me puse en pie en la soledad de aquella casa que parecía que iba a ser más que un hogar un mausoleo, apreté la mandíbula y los puños y me dije "esto no va a poder con nosostros, aún no se como pero al final seguro que todo sale bien", y con unas gotas de automotivación me dispuse a vaciar el primer dormitorio, ese que contenía la montaña de ropa sucia y vieja, comenzando a bajar basura por las escaleras hasta la planta inferior, lo cual me llevó un buen rato, luego desmonté la mesa que estaba atornillada en la pared, barrí y pasé ese magnífico invento del ingeniero español Manuel Jalón, la fregona y la habitación se adecentó bastante.
Viendo el resultado final de la habitación, la cosa que antes se veía como muy negra, ahora era de un gris más claro que oscuro, hasta diría que aparecían pequeños destellos verdes de esperanza.
Cuando mi hijo vió este cuarto decidió que este sería su cuarto de estudio, también el lugar ideal para montar como el dice su set-up con el ordenador, la playstation, etc y quiera que no, eso da anímo, es como alimento para el alma, alimento que alimenta las ganas de tirar hacia adelante y hecharle cojones a la vida y a las cosas.
Cuando hube terminado con esta habitación decidí acometer la siguiente, que me iba a llevar menos tiempo puesto que solo tendría que retirar el colchón y el tapiflex, luego barrer, limpiar y la otra habitación también mejoró su aspecto bastante.
Este dormitorio, con el balcón decidimos que sería el dormitorio para nuestro hijo, tenía las dimensiones perfecta para el mobiliario del cuarto. Este dormitorio carece de armario empotrado, al igual que nos ocurría en el piso, y por ello compramos en su día un gran armario rinconero con una gran capacidad, que se adaptaba perfectamente a esta habitación, Así pues estaba decidido.
Además el balcón permite la entrada de mucha más luz que si se tratase de una ventana, sobretodo por la mañana, ya que el balcón está orientado hacial el este, es decir, hacia la salida del sol.
una vez limpio este dormitorio junto con el anterior la casa se veía un poco mejor, los nubarrones negro sobre mi conciencia dejaba espacios a pequeños claros de tímida alegría y esperanza, de poder arreglar tan magna situación
Siguiendo con el trabajo, me dispuse a desalojar el siguiente dormitorio, el dormitorio principal o de matrimonio, este tampoco tenía mucho trabajo, quitar un par de muebles de madera medio destartalados, una molia de costalero que había tenido tiempos mejores y un desagradable saco de basura que habían dejado tal vez por asco o tal vez por vagancia y que me ví obligado a bajar a la planta baja. A este dormitorio también se le pasó la escoba y por supuesto la fregona o como se dice por ahí el mocho o la mocha.
A pesar del escamondado dado al dormitorio principal, este no quedaba tan satisfactorio como había ocurrido con los dormitorios anteriores, tal vez por esa burda imitación a piedra que daba prioridad a la oscuridad o tal vez por esas horrendas líneas rojas, que lastimaban el buen gusto de cualquier a la hora de apreciar la decoración de la habitación que en lugar de sugerir un sitio para descansar, estresaba estrepitosamente el alma de cualquiera, pues según los psicólogos pocas cosas estresan tanto como una habitación con paredes roja, quizás una habitación con paredes rayadas o quizás una combinación de ambas como era el caso.La habitación había mejorado su aspecto eso saltaba a la vista, pero seguía sin se acogedora, parecía más la batcueva de Batman que un dormitorio familiar, además la minúscula ventana no ayudaba en absoluto a dar claridad al dormitorio.
Bueno, había llegado el momento de enfrentarse al peor de los cuatro dormitorios, este si que me llevaría algo de tiempo, puesto que había que descolgar una enorme y descomunal e inutil repisa cuadrada, y desmontar un terrible armario de tres piezas, formada por una columna, un puente armario y un armario rinconero o esquinero de un tamaño bastante grande para una sola persona también tenía que sacar el colchón de Don Quijote, por lo de las manchas y el somier a juego.
Comencé por sacar tanto el colchón como el somier con una fatiguita que para mis adentros se queda, bajando ambos a la planta baja, que por cierto empezaba a ser agobiante como se estaba lleando el salón de basura y muebles viejos. Luego descolgué la repisa y una vez en el suelo la descuarticé en varios tableros y finalmente me enfrenté al temible armario al cual le desmonté la columna pequeña, luego jalando del puente tumbé el armario grande, y en ello estaba cuando de repente sufro la lluvia de latas de bebidas energéticas que se venden en el almacen de letras verdes que empieza por M y termina por A. Como se podía ser tan guarro, había al menos ocho o diez latas, se vé que se la bebía, las arrugaban y las lanzaban encima del armario, sabrá Diós cuantos tiempo llevaban esas lata ahí encima, pero la lluvia metálica de latas de aluminio, no fue la única sorpresa, pues al desmontar el armario grande, de su interior salieron al menos diez cucarachas en estampida como si de un rebaño se tratara, juro que en toda mi vida había visto nunca tantas cucarachas juntas, tal y como descubriría, aquella casa era un paraiso para las cucarachas. La peor de las sorpresa me la llevé en el momento en que retiré los armarios de la pared, momento en el que descubrí colonias de hongos que revelaban la existencia de humedades por condensación, tal y como sospeché el día anterior, claramente causada por el cerramiento del patio. Así quedó la habitación

Mientras yo estaba ocupado desmontado el armario, mi mujer llegó a la casa y se puso a recoger y a limpiar en la planta baja, arduo era el trabajo que tenía pues toda la basura del piso superior se encontraba en la planta inferior, así que se armó de paciencia y con mucha fatiga y muchisimo esfuerzo empezó a recoger y meter la basura en sacos de plastico, cuando yo terminé arriba y baje las maderas mi mujer ya tenía una parte del trabajo avanzada pero apenas había espacio para moverse así que con la ayuda de una pequeña carretilla que solemos usar para llevar las butacas, las sombrillas y la nevera desde el coche a la playa, empecé a sacar sacos de basura y llevarlos al contenedor de la basura, el problema es que el contenedor está a unos dos minutos andado desde la puerta de mi casa, lo cual significa que cada viaje me llevaría una media de cuatro a cinco minutos, sacamos unos 30 sacos de basura que me llevó aproximadamente unas dos horas y pico caminando desde mi casa a los contenedores y vuelta a mi casa una y otra vez, entre tanto mi mujer cuando terminó de meter la basura en los sacos se puso a limpiar la cocina, para descubrir que la casa podía dar más asco todavía, ojalá hubiesen criado una piara de cerdos en la casa, seguramente nos la habríamos encontrado más limpia.
Tras llevar todos los sacos de basura, la cocina se quedó limpia y el salón estaba limpio pero con una gran cantidad de maderas y muebles rotos, ya era las dos de la tarde y la mañana se fue volando como un suspiro, cerramos y nos fuimos a almorzar, estábamos exhaustos de tanto trabajo en tan poco tiempo y aún nos quedaba la azotea y el cuarto trastero.
Durante el almuerzo recibí la llamada de mi hermana que me preguntaba por la casa que había comprado y bueno, le conté todo lo que me estaba pasando y el trabajo de la limpieza y me dijo que se iba a acercar por la tarde y que nos iba a ayudar a limpiar esa misma tarde lo cual no dió más ánimo para terminar.
A las cuatro de la tarde estabamos en la casa mi mujer, mi hermana, mi madre y yo, nos pusimos con la azotea a retirar tiestos a limpiar etc, y si bien nos llevó la tarde limpiar y bajar tiestos, también es verdad que se nos hizo menos pesado, la azotea quedó limpia, pero el cuarto de los trastos, ese si que quedó bien, y además encontramos un equipo de música de los de antaño, que no sabemos si funciona, pero quedaba muy chulo y me negé a tirarlo y este fue el resultado.
ya al final de la tarde vino mi hermano y me preguntó que qué es lo que pasaba con la electricidad y el agua, a lo que le contesté que no lo sabía y decidimos hechar un vistazo al contado, que estaba apagado, aunque encontramos el fusible fuera de su sítio, así que lo colocamos para descubrir que teníamos electricidad, pero con una particularidad, el contador seguía apagado, nos dimos cuenta que el anterior dueño estaba robando electricidad. Fue entonces cuando nos dió por mirar el contador del agua, para descubrir que tampoco había contador del agua sino que había tenido un tubo en el lugar del contador y también había estado robando el agua y eso eran los motivos por los que no había electricidad y agua, ver para creer.
Cuando terminamos esa noche cerramos la casa y nos fuimos. A la mañana siguiente vino un señor con una furgoneta y por una cierta cantidad de dinero se llevó todos los muebles viejo y finalmente el salón quedo limpio y despejado
Las nubes del temporal parecía menos oscuras y apenas dejaban deslumbrar el horizonte del futuro.
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